La noche Mendocina prometía una fiesta de fútbol, y durante los primeros quince minutos, Boca parecía dispuesto a complacer a su público. Con un dominio del juego claro, el Xeneize encontró la ventaja en el marcador gracias a un tanto de Brian Aguirre, aunque la jugada generó cierta polémica.
Sin embargo, la alegría duraría poco. Un pase filtrado de Rubén Botta encontró a Federico Girotti completamente solo, y el delantero de Talleres no perdonó, estableciendo la igualdad en el marcador. Este gol fue un golpe duro para Boca, que a partir de ese momento comenzó a perder terreno. Talleres, aprovechando la desconcentración del rival, tomó el control del medio campo y generó varias oportunidades de gol.
En el segundo tiempo, Boca intentó recuperar la iniciativa, pero se encontró con un rival bien plantado en defensa, que priorizó el contragolpe y los tiros de esquina. A pesar de tener la posesión del balón, el Xeneize no pudo encontrar la fórmula para vencer la resistencia de Talleres. Los cambios dispuestos por el entrenador no surtieron el efecto deseado, y el partido se encaminó a la definición por penales.
En una tanda de penales infartante, Boca logró imponerse por 8 a 7, clasificándose de esta manera a los cuartos de final de la Copa Argentina. La noche había sido una montaña de emociones para los hinchas xeneizes, que vivimos momentos de euforia y de angustia en partes iguales.
Carlos Manso