CAMBIÓ A TIEMPO

Tarde gris de lunes, clima invernal en el sur de la Ciudad de Buenos Aires.

El encuentro, reprogramado por el fallecimiento de Miguel Russo, comenzó con un contexto cargado de simbolismo. Boca llegaba sabiendo que una victoria lo volvía a acomodar tanto en la tabla de la Zona A como en la anual, pensando en la clasificación a la próxima Copa Libertadores.

Leandro Paredes y Di Lollo jugaban al límite: ambos con cuatro amarillas.

Desde el arranque, el partido mostró tensión. A los dos minutos, tras un tiro libre ejecutado por Paredes, Rafa Barrios le tiró un manotazo en la nuca a Merentiel. La jugada no fue revisada por el VAR y desató protestas generalizadas. Lamolina primero amonestó a Barrios y, en la confusión, también a los capitanes —Paredes y Tapia—. El mediocampista xeneize así llegó a la quinta amarilla y se perderá el choque ante Estudiantes en La Plata.

El clima se calentó. A los pocos minutos, Tapia bajó a Paredes con una falta innecesaria y vio la segunda amarilla: Barracas se quedaba con diez hombres a los 12 minutos de juego.

Sin embargo, el equipo de Claudio Úbeda encontró el golpe inesperado. A los 20’, Insúa probó desde 45 metros, vio adelantado a Marchesín y, con ayuda de una floja respuesta del arquero, marcó el 1-0 para el Guapo.

Con la ventaja y un hombre menos, el rojiblanco se replegó cerca de su área, entregó la pelota y apostó a resistir. Boca, previsible, movía el balón de lado a lado sin profundidad ni sorpresa. La única llegada clara fue un cabezazo de Giménez tras centro de Alarcón que se fue desviado.
El primer tiempo se fue con más discusiones que fútbol: Palacios y Dardo Miloc fueron amonestados antes del descanso.

El cambio que cambió todo

Para el complemento, el sifón Ubeda mandó a la cancha a Exequiel Zeballos por Alarcón, buscando desborde y frescura. Y el “Changuito” respondió.
A los 10 minutos, tras una jugada iniciada por él mismo, el rebote le quedó a Milton Giménez, que remató cruzado para el 1-1.

Boca creció en confianza y en juego. A los 16’, un centro perfecto de Barinaga encontró otra vez la cabeza de Giménez, que puso el 2-1 para revertir el resultado.
Barracas sintió el golpe, se adelantó y dejó espacios. En un contragolpe letal, Merentiel recuperó, asistió a Zeballos y el changuito, con una corrida electrizante, devolvió el centro para que el uruguayo defina entre forcejeos: 3-1 a los 22 del segundo tiempo.

De ahí en adelante, el encuentro fue de control xeneize. Boca administró la ventaja, manejó los tiempos y se llevó tres puntos clave en una tarde que había empezado torcida.
Boca Juniors se acomoda en el campeonato y en la tabla anual, con la mira puesta en el duelo frente a Estudiantes en La Plata, aunque sin Paredes, que llegó al límite de amarillas.

En el gris invernal del “Chiqui Tapia”, Boca encontró luz, juego y tres puntos de oro.

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