El comienzo de la era Fernando Gago en Boca Juniors no pudo haber sido más sombrío. A pesar de la expectativa por el cambio de entrenador, Boca mostró las mismas falencias que lo han atormentado durante el ciclo anterior, e incluso, rendimientos aún peor. El partido contra Tigre, un equipo que lucha en los puestos bajos de la tabla, terminó en una contundente derrota 3-0, poniendo en evidencia la falta de reacción del conjunto xeneize.
El encuentro arrancó con un Boca desdibujado, sin ideas claras ni una identidad de juego definida. Aunque Gago solo lleva unos días al frente del equipo, el cambio esperado en cuanto a actitud y estilo de juego no se vio. Tigre, sin ser brillante, supo aprovechar las debilidades de Boca y, con un planteo simple pero efectivo, controlo el partido.
El primer gol llegó envuelto en polémica, con una posible mano que acomodó el balón para que Nehuen Paz definiera. Sin embargo, el árbitro Echenique, tras la revisión del VAR, validó el tanto. Tigre estuvo cerca de ampliar la ventaja en el primer tiempo, con otro gol anulado por fuera de juego. Boca, por su parte, solo ofreció esporádicos intentos de ataque, la mayoría de ellos fruto de individualidades como Cavani o Aguirrre.

En el segundo tiempo, la esperanza de una reacción se desvaneció rápidamente. Boca mostró los mismos problemas: falta de cohesión, escasez de ideas en ataque y una alarmante desconexión entre líneas. Tigre, con un planteo ordenado, aumentó la ventaja con un gol de Agustin Cardoso, y sobre el final, Sebastian Medina cerró la noche con el tercer tanto.
“Todo sigue igual” el debut de Gago estuvo marcado no solo por la derrota, sino por la manera en que el equipo cayó. Las formas importan, y Boca no mostró signos de cambio. Sin embargo, es justo decir que Gago no tuvo tiempo suficiente para trabajar con el plantel, ni siquiera para realizar ajustes en la conformación del equipo, algo que necesitará corregir rápidamente.
El próximo desafío para Boca será Gimnasia en la Copa Argentina, una oportunidad para levantar cabeza y comenzar a mostrar una mejora en el juego y en los resultados. El margen de error es mínimo, y Gago sabe que Boca es sportivo ganar siempre, para asi poder trabajar tranquilo en su proyecto.
Tigre, por su parte, celebró una victoria merecida, que le permite seguir sumando puntos y alejándose de la zona baja. Aunque el equipo no brilló, hizo lo necesario para imponerse ante un Boca desconcertado y en pleno proceso de transición.