Es la primera vez que presencio en vivo la renuncia de un entrenador, fue anoche en la sala de conferencia de prensa del estadio de Belgrano cuando Diego Martínez anunció su decisión de no continuar al frente del plantel profesional de Boca Juniors tras la derrota 2 a 0 con el pirata cordobés.
Pero el ciclo Martínez no terminó ayer en Córdoba ya había comenzado su fase de salida desde hace un tiempo. El antecedente de los cortocircuitos entre entrenador con la dirigencia comenzaron por la conformación del plantel y el equipo en la derrota contra Fortaleza en Brasil, precisamente a días de su mejor momento que fue el triunfo contra River en el Kempes y continuó por la llegada de refuerzos.
La primera señal manifiesta fue el partido en Mendoza contra Independiente Rivadavia, el 10 de agosto, en la que el técnico se mostró visiblemente confundido, cambiando tres esquemas defensivos en 45 minutos, el partido terminó con un providencial empate tras una guapeada de Merentiel y el posterior gol de Medina.
Tras la fase de octavos de Copa Sudamericana contra Cruzeiro, con eliminación por penales, llegó el partido contra Estudiantes de La Plata en el UNO, y a pesar de que daba la sensación que el partido Boca Juniors lo tenía controlado con el gol de Milton Giménez, el DT hizo innecesariamente ingresar a Marcos Rojo y a partir de allí el tramite del juego se torció a favor del local. En la conferencia de prensa Martínez no supo explicar el motivo del ingreso de Marcos, la impresión fue el DT había perdido el manejo del plantel.
Luego de la victoria providencial en La Bombonera contra Central la noche de lluvia llegó la victoria por penales contra Talleres de Córdoba, la reacción de Diego tras el penal que erró Herrera fue la muestra de que su destino de salida ya había sido sellado. Pero claro que quedaban dos partidos trascendentales en los que el club no podía enfrentar sin un manejo técnico. La historia de los partidos contra Racing, River es conocida.
Obviamente que no es sólo responsabilidad del director técnico, desde lo futbolístico los referentes del plantel no le brindaron respuestas, cometiendo errores no forzados, con un nivel visiblemente bajo. La frutilla del postre fue el cruce de Romero con los hinchas tras el superclásico.
Realmente nunca consiguió reemplazar la salida de Ezequiel Fernández al fútbol árabe, las incorporaciones de Belmonte y Miramón no pudieron ni siquiera acercarse a lo que le aportaba Equi como volante central. Es cierto que es responsabilidad del DT posicionarlos en distintos puestos de esa mitad de la cancha.
Lejos quedó el primer semestre de la era Martínez, cuando el equipo mostraba un juego ofensivo, con triunfos importantes en la Copa de La Liga Profesional, basta con recordar el triunfo contra River en Córdoba, precisamente el lugar de su mejor momento y posteriormente su peor momento.
El camino de Martinez en Boca culminó anoche, pero el rumbo de salida meses antes.
Gustavo Pereyra @gopereyra