HIJOS DEL RIGOR

Y había que hacerse escuchar, parece. La Bombonera a puro griterío y reproches hizo reaccionar a un equipo al borde del colapso para dar vuelta un partido que estaba perdido. El 2-1 ante Deportivo Pereira acomoda al xeneize en el grupo y trae algo de calma.

“Jugadores la c… de su madre ..”. En casi 20 años de cancha no recuerdo haber escuchado semejante expresión de reproche hacia una formación de jugadores boquenses, como se dio ésta noche. El hincha no resistió tanta apatía y falta de compromiso por parte de varios players y reaccionó con todo el cancionero que tuvo a mano.

Pasó el glosario de epítetos y Boca pudo reaccionar. Antes de esto se habían jugado 75 minutos HORRIBLES.

El equipo colombiano jugó al fútbol en suelo boquense y por momentos le dio un baile a Boca. Ya en el primer tiempo merecía irse ganando al vestuario e incluso había marcado un gol, pero el VAR salvó a Boca y anuló el tanto por una falta en ataque sobre Pol Fernández.

En el complemento nada cambió, incluso el trámite fue prácticamente el mismo: Pereira con la pelota y abriendo la cancha con sus carrileros y el nueve ganando todas por arriba y por abajo ante la indefensa marca de Varela y los centrales.
A falta de quince minutos Jimer Fory remató entrando al área cruzado ante la estéril volada de un inseguro Sergio Romero. El 1-0 y los epítetos llenos de bronca y reclamos parecían terminar por inclinar la cancha y el resultado en favor de los cafeteros. Pero lo que parecía ser derrota y escándalo, fue remontada épica y festejo.

De la mano de un Colo Barco superstar y el agite de una Bombonera despiadada con propios y ajenos, el xeneize con empuje se lo llevó por durante a un Deportivo Pereira que, de no haberse dedicado a defenderse y hacer tiempo, hubiese ganado el encuentro.

Primero Luis Advincula a los 44, con un remate de afuera del área a colocar, la puso en el ángulo para poner un poco de orden y empezar a construir un milagro.

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Ya en tiempo de descuento Valentin Barco le puso la pelota en la cabeza a un Varela, que había jugado de una forma espantosa, para redimirse de tantas cagadas acumuladas en los últimos partidos y poner a Boca arriba en el resultado y en una posición cómoda en la Libertadores.

Quedó claro que el hincha de Boca tiene un límite, hoy los jugadores lo pusieron a prueba, el hincha reaccionó y los jugadores, que son hijos del rigor, demostraron que cuando quieren pueden dar la talla. Al fin de cuentas son hijos del rigor.

Fede Pereza Rivero
@FedePR12