Es imposible no comenzar la nota sin hacer mella en un nuevo fallo insólito que despoja a Boca de un triunfo que hubiera sido vital en la lucha por el campeonato.
En los últimos instantes del encuentro, cuando se vió lo mejor de Boca en el partido, Jonathan Gómez retiene la pelota con su su mano, el VAR llamó a Fernando Rapallini para que vaya a ver la jugada de la polémica y el árbitro habiendo visto la clara inflación del defensor de la Academia decide no sancionar el penal y dar por terminado el partido.
Era penal para Boca y expulsión para Gómez, que ya tenía una amarilla a cuestas.
Es cierto, el penal había que convertirlo, pero el árbitro impidió su ejecución y privó al Xeneize de sumar de a tres.
Los 95 minutos restantes fueron casi en us totalidad del Racing de Fernando Gago que contó con las mejores chances y transformó a Agustín Rossi en figura determinante del encuentro. Recién en los últimos diez minutos con los ingresos de Vázquez y Langoni, el equipo de Hugo Ibarra tuvo chances muy concretas para ponerse arriba en el resultado.
Boca tiene aún mucho para mejorar, hoy pudo perderlo, no lo perdió porque Rossi estuvo a la altura y pudo haberlo ganado, pero ganó porque Rapallini no estuvo a la altura.
Fede Perez Rivero
@FedePR12
