Estoy en shock. Sepan disculparme. Es muy difícil en éste momento para mi contar en estas líneas lo que pasó hace un rato en la Bombonera. Estoy caminando en silencio rumbo a mi casa. Inicié la caminata en el instante que el GIGANTE de Rossi no pudo desviar el penal definitivo de la serie.
Sigo caminando y acabo de cruzar la Av. Brasil. Son la una y cinco de la mañana y justamente a Brasil soñaba con ir para la próxima instancia, ante Flamengo. Cómo hago para que ésta nota salga a la luz y sea publicable, si tengo ganas de insultar al hombre que dijo que venía de Europa a ganar la Copa y hoy falló dos penales. Uno para ponerse arriba en los noventa y otro para sellar la clasificación .
Realmente no entiendo nada. Parece una pesadilla, pero es tan real como el colectivo de la línea 23 que acaba de pasar por la Av. Chiclana. Otra vez el sueño truncado en los penales. Al igual que la edición pasada. El año y su planificación se fueron a las nubes junto a la pelota que pateó el ídolo de papel.
Este golpazo si que no lo esperaba. Era una serie ganarle. Habíamos sacado un puntazo en San Pablo y ellos venían con varias bajas y jugadores tocados. No patearon al arco. Ahora sé lo que sintió Racing aquella tarde en Lanus cuando les ganamos con la misma fórmula, con la que hoy el Timao hace historia en la Bombonera.
No podemos culpar a nadie. Hasta el VAR A favor tuvimos en ésta fatídica noche. Prefiero no escribir más No sé si ésta nota será publicada.
Fede Perez Rivero
@FedePR12